domingo, 6 de septiembre de 2015

Enseñar a nativos digitales (Marc Prensky)


Cuando las vacaciones de verano llegaban a su fin, decidí sumergirme de lleno en esta lectura que tenía pendiente desde mediados del curso pasado. Y no me arrepiento de haberlo hecho. Para un maestro como yo, convencido plenamente de que es necesario un cambio en el modelo de escuela actual, las palabras de Prensky suponen una reafirmación en dicha creencia. Recomendaría a todos los docentes que leyeran el libro, por supuesto que sí, con ese espíritu crítico que intentamos inculcar a nuestro alumnado, porque no todo lo que en él se dice es aplicable todavía en muchos de nuestros centros (pero eso lo iré comentando más adelante). En todo caso, creo que las páginas que conforman la introducción deberían presentarse a todos los claustros de maestros y profesores el primer día mismo de trabajo, de tal manera que supongan una motivación y un impulso para empezar a hacer las cosas de manera distinta.
Este mismo autor, Marc Prensky, fue quien acuño el término "nativos digitales", y ha aprovechado el tirón que esto tiene para colocarlo en el mismo título de esta obra. Sin embargo, no esperéis encontrar un ensayo sobre las características y capacidades que tienen nuestros jóvenes. No es ése el propósito del libro. Por si alguno de vosotros no está familiarizado con el término y su implicación, aquí os dejo una pequeña intervención del propio Prensky:


Básicamente, lo que pretende el autor es presentarnos una metodología de trabajo "innovadora", aquí traducida como "coasociación" (aunque me gusta más su término original, "partnering"). He entrecomillado la palabra "innovadora" con conocimiento de causa. Después de leer el libro, puede que algunos decidáis que no tiene nada de "innovadora", pero también puede que para otros sí que lo sea. Claro está, todo depende del punto de partida personal y de las experiencias vividas con anterioridad por cada uno de los docentes. 
No puedo resumir aquí todos y cada uno de los aspectos que comenta el libro. Así pues, voy a señalar aquellos que a mí me han resultado especialmente relevantes:

1.- Diálogo y negociación continua con el alumnado: implicarle en todo el proceso desde el comienzo. Este punto sorprende, pero reflexionando sobre él, puede resultar más que interesante. ¿Porqué no hacerle partícipe en todo momento de su aprendizaje? El autor nos propone que establezcamos sesiones periódicas de debate, que abramos la puerta a la participación del alumnado en todo momento, que le cuestionemos acerca de cosas como qué cree el que puede hacer para aprender mejor, cómo le gustaría trabajar este tema... En diversos puntos del libro nos habla de establecer con el alumnado un diálogo socrático, en el que no demos las respuestas a los alumnos sino que les obliguemos a pensar más y con más profundidad. 
2.- Otra propuesta que me llama poderosamente la atención es la de plantear al alumnado una serie de preguntas-guía al comienzo de cada sesión o tema. No se les da las respuestas, sino que, usando todos los medios que tengan a su alcance, el alumnado debe investigar para tratar de averiguar las respuestas. En cierto modo, estas preguntas se plantean en función de los objetivos de aprendizaje que pretendemos alcanzar y podrían incluso coincidir con las preguntas que se les pueden plantear en un examen escrito tradicional. Obviamente, en algún momento del proceso hay que compartir los resultados obtenidos, contrastarlos y corregir aquello que no sea correcto. Encuentro interesante esta propuesta, y le veo cierto paralelismo con la metodología del "Flipped Classroom" que está ahora bastante de moda, pero como no soy un experto en la misma, no puedo juzgar.
3.- Uso de la tecnología en el aula: el planteamiento que realiza Marc Prensky de este punto sí que me resulta muy impactante. Según él, hay que dejar que el alumno use toda la tecnología que quiera (aunque no resulta imprescindible en la metodología de la coasociación). Sin embargo, el papel del profesor aquí es muy importante, pero cambia respecto a lo que tenemos entendido. No debe ser el profesor quien la use, ni siquiera es necesario que sepa cómo se usa. Basta con que deje libertad a sus alumnos para hacer uso de todo aquello que conocen, animarles a que sean creativos y le sorprendan. Incluso, en el caso de los maestros más atrevidos, que se deje enseñar a usar alguna tecnología concreta por parte de sus alumnos. ¡Vamos, todos un vuelco para aquellos profesionales de la enseñanza que no se atreven a cambiar de metodología por miedo a la tecnología! Será interesante probar a lo largo de este curso, a ver qué pasa...
4.- Conectar la enseñanza con las pasiones de cada uno de los alumnos para hacerla más real y motivadora, a la vez que individualizada. Lo veo imposible en todo el currículum, aunque sí me parece muy interesante para determinados momentos. Sobre todo, lo veo más que factible para el alumnado con Adaptaciones Curriculares Significativas, ya que su situación presta para individualizar mucho más los aprendizajes.

En fin, como todas las lecturas que hago, recomiendo que también os decidáis a leer esta obra porque tiene planteamientos muy interesantes y provoca la reflexión de cada lector con respecto a su propia práctica docente. En todo caso, hay que hacerlo con espíritu crítico y tratando de adaptar aquello que se propone a la situación real de cada uno.

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